Hola, hola..!!!!!
A menudo me encuentro reflexionando sobre cómo podemos mejorar como personas, y aunque día a día me esfuerzo por ser la mejor versión de mí misma, hay aspectos que, si pudiera, cambiaría para crecer aún más. Creo firmemente en la importancia de la evolución personal, y este ejercicio de mirar hacia adentro es parte esencial de ese proceso.
Uno de los aspectos que cambiaría de mí es mi necesidad de controlar las cosas. A veces, siento que esta necesidad me impide disfrutar el momento presente. Mi mente se acelera, queriendo asegurarse de que todo salga perfecto, que no haya sorpresas o inconvenientes. Y aunque sé que en la vida no podemos controlarlo todo, me cuesta soltar.
He estado trabajando en esto y me doy cuenta de que este hábito no solo me genera estrés, sino que también me priva de la posibilidad de fluir con lo que la vida tiene para ofrecerme en cada instante. Definitivamente, es algo que cambiaría de mí, porque sé que al soltar más, viviría más ligera y presente.
Otra cosa que cambiaría de mí es mi tendencia a preocuparme demasiado por los demás, especialmente por mis seres queridos y cuando hablo de mis seres queridos no hablo solo de mis hijos y esposo, si no también por amigos y familiares.
Siempre quiero asegurarme de que no les falte nada, que no sufran, que no se preocupen. Estoy tan acostumbrada a cargar con todo para que ellos no tengan que hacerlo, que siempre lo hago con amor y buena actitud. Sin embargo, me he dado cuenta de que esto me agota. Hay días en los que, al final de la jornada, estoy exhausta, pero me digo a mí misma: “lo hago porque me hace feliz.” Pero la verdad es que, en esta reflexión más profunda, reconozco que también necesito aprender a soltar esa carga y permitir que los demás gestionen sus propias situaciones. El amor no está en cargarlo todo yo, sino en dar espacio para que ellos también crezcan y enfrenten sus propios retos.
Otro aspecto que cambiaría de mí es mi hiperactividad mental. Siempre siento que tengo que estar en movimiento, ocupada en mil cosas, como si estar en acción fuera la única manera de sentirme productiva. Sin embargo, me doy cuenta de que también necesito descansar. No se trata solo de lograr metas, sino de permitir que mi mente y mi cuerpo recarguen energías. Estoy aprendiendo a hacer pausas, a respetar mis momentos de descanso, y a entender que es igual de importante que cualquier otro compromiso en mi vida.
¿Cómo lo estoy manejando?
Para lograr estos cambios, estoy practicando el mindfulness. Me estoy recordando a diario que la opinión más importante es la que tengo de mí misma. Estoy trabajando en soltar un poco, en no aferrarme a la idea de que debo tenerlo todo bajo control o que debo proteger a todos de cada pequeño obstáculo. Al soltar un poco, no dejo de dar amor, simplemente aprendo a dar espacio para que tanto ellos como yo vivamos con más libertad. Y también, me estoy permitiendo descansar, darme momentos de pausa y recordar que no siempre tengo que estar en acción para sentirme bien.
Al final del día, todos estamos en un proceso constante de crecimiento. No se trata de ser perfectos, sino de reconocer en qué podemos mejorar y aprender a aceptarnos con amor y compasión. Estoy en ese proceso, y sé que cada pequeño paso cuenta. El cambio no sucede de un día para otro, pero el simple hecho de tener esta conciencia me recuerda que estoy en el camino correcto.
Gracias por acompañarme en este proceso de reflexión y crecimiento. Te invito a hacer el mismo ejercicio: ¿qué cambiarías de ti, no desde la crítica, sino desde el amor propio?
Bye, Bye
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